Se acerca la temporada y el campo Salmantino muestra un bonito colorido,
una voz suena, es el vaquero que a las reses lleva,
vaquero y toro, toro y vaquero, que abriendo veredas desde las dehesas llegan,
las talanqueras puestas quedan, los forasteros sin faltar no se quedan,
las fiestas empiezan.
Cencerros y pezuñas suenan y a la gente fuera dejan
un gran silencio se hace eco, pero segundos después las charangas suenan
y la juventud ensalza la nuestra fiesta.
Que pena las reses nos dejan, y la gente con ganas de mas nos dejan,
ya esperamos a que otro año vuelvan y hasta entonces en el recuerdo quedan. (Pcc)
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